viernes, 5 de marzo de 2010

Educación, Currículum, Comunicación y Resultados

Por David Maldonado
Ha sido una satisfacción leer seis diferentes posturas sobre el papel del curriculum en diferentes posturas y enfoques. Alguno hace referencia a la falta de su aplicación en el sector salud y los beneficios que se reportarías; otro, a lo importante que es la congruencia y el modelaje con el ejemplo de los profesores en el currículum oculto; uno más a la estrecha relación del la psicología educativa y el currículum, un binomio inseparable; también se habla de las reformas educativas que tanto hace falta a la educación básica como cimiento de la construcción del ser humano; uno más, a la falta de congruencia y calidad moral con que se maneja la educación actualmente, y por último, al desempeño que día a día tenemos los profesores en el aula de clase y que poco se ocupan quienes administran la educación de otorgar las facilidades por que sea una educación de fondo, para la vida como dice Paulo Freire.
Después de las sesiones de la materia de currículum y las lecturas de los ensayos de mis compañeros se puede percibir el significado y la trascendencia de lo que es el diseño curricular no solo de una u otra carrera, con sus conocimientos específicos de la disciplina, sino en general como un proyecto de nación formativo, administrado por los gobernantes y operado con la misma intención de los involucrados en su ejecución, desde el personal directivo de una escuela hasta la persona que limpia las aulas; con la firma convicción de que la educación es el mejor herramienta del ser humano. Todo acto educativo obedece a determinados fines y propósitos de desarrollo social y económico y en consecuencia responde a determinados intereses sociales, se sustenta en una filosofía de la educación, se adhiere a concepciones epistemológicas específicas, tiene en cuenta los intereses institucionales y, por supuesto, depende en gran medida de las características, intereses y posibilidades de los sujetos participantes, es decir, de estudiantes, profesores, grupo y demás factores del proceso. Para cumplir con esta concepción de un acto educativo como unidad y muestra del proceso de enseñanza aprendizaje, es necesario definir el significado de este proceso como una unidad dialéctica entre la instrucción y la educación; igual característica existe entre el enseñar y el aprender, todo el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene una estructura y funcionamiento sistémicos, es decir, está conformado por elementos o componentes estrechamente interrelacionados. Para abanderar este enfoque de enseñanza-aprendizaje es necesario recordar que la sociedad gesta instituciones, para resolver un problema de gran trascendencia, problema este que se denomina encargo social y que consiste en la necesidad de preparar a los ciudadanos de esa sociedad tanto en el plano educativo-formativo como en el plano instructivo-técnico. La sociedad presenta problemas, necesidades sociales a satisfacer que tiene un momento histórico concreto, y a partir de esas necesidades se proyecta el proceso de enseñanza aprendizaje.
De acuerdo a V. Ojalvo (1999), las variantes para el desarrollo de las competencias comunicativas necesarias para la comunicación interpersonal en el trabajo en colaboración durante el proceso de enseñanza aprendizaje, además de las que competen al rol del profesor y al rol del alumno se encuentran:

1.- Actitud positiva y constructiva por parte de los interlocutores. Esto presupone hablar con el ánimo sincero de contribuir al entendimiento y a la solución de problemas tratados.

2.- Deben querer entenderse. Esto supone: aportar la información suficiente y necesaria para que se entiendan, expresar ideas y argumentos que tenga que ver con lo que se discute, no salirse del tema, no hablar sin saber lo que quiere decir, pensar con anterioridad lo que desea expresar, no improvisar. Expresar sus ideas de un modo que los demás puedan comprenderlo, asegurarse de que los demás entienden de igual modo a cómo usted lo entiende. Percibir la facilidad de comprensión de los demás respecto de lo que usted expresa y adaptarse a sus requerimientos. No hacerse el sabio.

3.- Los interlocutores deben respetar la verdad: según Sullivan, 1995, el principio colaborativo se caracteriza por; calidad: decir cosas veraces; cantidad: dar información justa; relevancia: información oportuna o a tiempo, y de modo pertinente, a fin de evitar la oscuridad y ambigüedad en el diálogo. No debe decirse lo que no se sabe, lo que es falso, o no afirmar tajantemente cosas sin pruebas.

4.- Deben respetarse mutuamente. Esto presupone evitar prepotencia, autoritarismo, coerción. Se debe crear una situación de igualdad, en la que nadie acapare ni centralice la palabra y se deje hablar a todos.

5.- Los interlocutores deben implicarse personalmente en el intercambio de opiniones y razones, es decir, que se comprometan constructivamente en el discurso dialógico, considerando las razones ajenas, expresando las propias y modificándolas si es necesario.

6.- En el proceso comunicativo es relevante el saber escuchar las ideas de los otros. En ocasiones cuando se ven trabajar a los alumnos en equipos unas de las mayores dificultades y exigencias de los integrantes es la correcta escucha, o la escucha atenta.

Estas implicaciones en la operación curricular de los involucrados hablan por sí mismas acerca de la actitud frente a la educación por medio de una eficiente comunicación, dando así tan solo un avance en la interrelación de una verdadera ejecución curricular, pensando en la necesidad de la sociedad

Bibliografía:
-Álvarez de Zayas , C.M. La escuela en la vida.3ra edición. Pueblo y educación, La Habana, 1999
-Ausubel, B.P Psicología Educativa. Trillas, México .1983
-Colectivo de autores. Los métodos participativos, ¿una concepción de la enseñanza?, CEPES, UH, 1995.